Del socialismo utópico al socialismo científico
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mo de que el agnosticismo, aunque no se considerase
todavía tan elegante como la Iglesia anglicana
oficial, está, no obstante, en lo que a la
respetabilidad se refiere, casi a la misma altura que la
secta baptista y ocupa, desde luego, un rango mucho
más alto que el Ejército de Salvación
(*). No puedo por menos de pensar que para muchos que
deploran y maldicen con toda su alma estos progresos del
descreimiento será un consuelo saber que estas ideas
flamantes no son de origen extranjero, no circulan con la
marca de "Made in Germany" fabricado en Alemania,
como tantos otros artículos de uso diario, sino que
tienen, por el contrario, un añejo y venerable origen
inglés y que sus autores británicos de hace
doscientos años iban bastante más allá
que sus descendientes de hoy día.
En efecto, ¿qué es el agnosticismo sino un materialismo vergonzante? La concepción agnóstica de la naturaleza es enteramente materialista. Todo el mundo natural está regido por leyes y excluye en absoluto toda influencia exterior. Pero nosotros, añade cautamente el agnóstico, no estamos en condiciones de poder probar o refutar la existencia de un ser supremo fuera del mundo por nosotros conocido. Esta reserva podía tener su razón de ser en la época en que Laplace, como Napoleón le preguntase por qué en la Mecánique Céleste (**) del gran astrónomo no se mencionaba siquiera al creador del mundo, contestó con estas palabras orgullosas: "Je n'avais pas besoin de cette hypothèse" (***). Pero hoy nuestra idea del universo en su desarrollode no deja el menor ni para un creador ni para un regente del universo; y si quisiéramos admitir la existencia de un ser supremo puesto al margen de todo el mundo existente, incurriríamos en una contradicción lógica, y además, me parece, inferiríamos una ofensa inmerecida a los sentimientos de la gente religiosa. (*) Ejército de Salvación. Organización religiosa filantrópica, fundada por Guillermo Booth, en Inglaterra, en 1865. (N. de la Edit.) (**) P. Laplace, Traité de mécanique céleste (Tratado de mecánica celeste). Vols. I-V. París, 1799-1825. (N. de la Editorial.) (***) "No tenía necesidad de recurrir a esta hipótesis". (Nota de la Edit.) |