Del socialismo utópico al socialismo científico
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y librepensador era, en realidad, una cualidad indispensable para ser persona culta, más tenazmente se afirmaba la clase media inglesa en sus diversas confesiones religiosas. Por mucho que variasen las unas de las otras, todas eran confesiones decididamente religiosas, cristianas.
  Mientras que la revolución aseguraba el triunfo político de la burguesía en Francia, en Inglaterra Waltt, Arkwright, Cartwright y otros iniciaron una revolución industrial, que desplazó completamente el centro de gravedad del poder económico. Ahora, la burguesía enriquecíase mucho más aprisa que la aristocracia terrateniente. Y, dentro de la burguesía misma, la aristocracia financiera, los banqueros, etc., iban pasando cada vez más a segundo plano ante los fabricantes. La transación de 1689, aun con las enmiendas que habían ido introduciéndose poco a poco a favort de la burguesía, ya no correspondía a la posición recíproca de las dos partes interesadas. Había cambiado también el carácter de éstas: la burguesía de 1830 difería mucho de la del siglo anterior. El Poder político que aún conservaba la aristocracia y que se ponía en acción contra las pretensiones de la nueva burguesía industrial hízose incompatible con los nuevos intereses económicos. Planteábase la necesidad de renovar la lucha contra la aristocracia; y esta lucha sólo podía terminar con el triunfo del nuevo poder económico. Bajo el impulso de la revolución francesa de 1830, se impuso en primer término, pese a todas las resistencias, la ley de reforma electoral (*). Esto dio a la burguesía una posición fuerte y reconocida en el Parlamento. Luego


  (*) El proyecto de ley de la primera reforma electoral en Inglaterra fue llevado al Parlamento en marzo de 1831 y aprobado en junio de 1832. La reforma ponía fin al monopolio político de la aristocracia terrateniente, los banqueros y los usureros. Como resultado de la traición de los radicales burgueses, que utilizaban en beneficio de sus intereses el movimiento obrero de masas a favor del sufragio universal, la ley de 1832 estableció, con vistas a las elecciones, un alto censo de propiedad en las ciudades (10 libras) y en los condados (50 libras), abriendo las puertas al Parlamente sólo a los representantes de la burguesía industrial. El proletariado y la pequeña burguesía se quedaron, al igual que antes, sin derechos políticos. (N. de la Editorial.)