Del socialismo utópico al socialismo científico
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Pero, no por ello debemos perder de vista una cosa. Aunque el Derecho inglés continúa expresando las relaciones económicas de la sociedad capitalista en un lenguaje feudal bárbaro, que guarda con la cosa expresada la misma relación que la ortografía con la fonética inglesa -"vous écrivez Londres et vos prononcez Constantinople (*), decía un francés-, este Derecho inglés es el único que ha mantenido indenme a través de los siglos y que ha transplantado a Norteamérica y a las colonias la mejor parte de aquella libertad personal, aquella autonomía local y aquella salvaguardia contra toda ingerencia, fuera de la de los tribunales; en una palabra, aquellas antiguas libertades germánicas de la monarquía absoluta y que hasta ahora no han vuelto a recobrarse íntegramente en ninguna parte.
  Pero volvamos a nuestro burgués británico. La revolución francesa le brindó una magnífica ocasión para arruinar, con ayuda de las monarquías continentales, el comercio marítimo francés, anexionarse las colonias francesas y reprimir las últimas pretensiones francesas de hacerle la competencia por mar. Fue ésta una de las razones de que la combatiese. La segunda razón era que los métodos de esta revolución le hacían muy poca gracia. No ya su "execrable" terrorismo, sino también su intento de implantar el régimen burgués hasta en sus últimas consecuencias. ¿Qué iba a hacer en el mundo el burgués británico sin su aristocracia, que le imbuía maneras (¡y qué maneras!) e inventaba para él modas, que le suministraba la oficialidad para el Ejército, salvaguardia del orden dentro del país, y para la Marina, conquistadora de nuevos dominios coloniales y nuevos mercados en el exterior? Cierto es que también había dentro de la burguesía una minoría progresiva, formada por gentes cuyos intereses no habían salido tan bien parados en la transación; esta minoría, integrada por la clase media de posición más modesta, simpatizaba con la revolución, pero era impotente en el Parlamento.
  Por tanto, cuanto más se convertía el materialismo en el credo de la revolución francesa, tanto más se aferraba el piadoso burgués británico a su religión. ¿Acaso la época del terror en París no había demostrado lo que ocurre, cuando el pueblo pierde la religión? Conforme se extendía el materialismo de Francia a los países vecinos y recibía el refuerzo de otras corrientes teóricas afines, principalmente el de la filosofía alemana; conforme en el continente el ser materialista


  (*) Se escribe Londres y se pronuncia Constantinopla. (Nota de la Edit.)