Del socialismo utópico al socialismo científico
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ciosos habían perdido la capacidad para dirigir
espiritualmente y gobernar políticamente, era un hecho
evidente, que la revolución había sellado con
carácter definitivo. Y, para Saint-Simon, las
experiencias de la época del terror habían
demostrado, a su vez, que los descamisados no poseían
tampoco esa capacidad. Entonces, ¿quiénes
habían de dirigir y gobernar? Según
Saint-Simon, la ciencia y la industria, unidas por un nuevo
lazo religioso, un "nuevo cristianismo",
forzosamente místico y rigurosamente
jerárquico, llamado a restaurar la unidad de las ideas
religiosas, rota desde la Reforma. Pero la ciencia eran los
sabios académicos; y la industria eran, en primer
término, los burgueses activos, los fabricantes, los
comerciantes, los banqueros. Y aunque estos burgueses
habían de transformarse en una especie de funcionarios
públicos, de hombres de confianza de toda la sociedad,
siempre conservarían frente a los obreros una
posición autoritaria y económicamente
privilegiada. Los banqueros serían en primer
término los llamados a regular toda la
producción social por medio de una
reglamentación del crédito. Ese modo de
concebir correspondía perfectamente a una época
en que la gran industria, y con ella el antagonismo entre la
burguesía y el proletariado, apenas comenzaba a
despuntar en Francia. Pero Saint-Simon insiste muy
especialemente en esto: lo que a él le preocupa
siempre y en primer término es la suerte de la
"clase más numerosa y más pobre" de
la sociedad ("la classe la plus nombreuse et la plus
pauvre).
Saint-Simon sienta ya, en sus Cartas ginebrinas, la tesis de que "todos los hombres deben trabajar". En la misma obra se expresa ya la idea de que el reinado del terror era el gobierno de las masas desposeídas. "Ved -les grita- lo que aconteció en Francia, cuando vuestros camaradas subieron al Poder: ellos provocaron el hambre". Pero el concebir la revolución francesa como una lucha de clases, y no sólo entre la nobleza y la burguesía, sino entre la nobleza, la burguesía y los desposeídos, era, para el año 1802, un descubrimiento verdaderamente genial. En 1816, Saint-Simon declara que la política es la ciencia de la producción y predice ya la total absorción de la política por la Economía. Y si aquí no hace más que a- |